La necesidad de proporcionar unos cuidados paliativos de calidad a los pacientes con demencia en sus estadios finales es hoy en día una realidad. Éstos deben ser aplicados en todos los niveles donde son atendidos habitualmente estos pacientes.
El intentar establecer el punto de corte de cuándo los pacientes con demencia avanzada son candidatos a tratamiento paliativo resulta difícil y de utilidad incierta, ya que las características de la enfermedad obligan a un planteamiento menos estático y más flexible.
El manejo sintomático, la valoración de la indicación de ingreso hospitalario y el grado de agresividad en el tratamiento de las complicaciones son los problemas fundamentales en la atención continuada de estos pacientes.
La toma de decisiones en relación al tratamiento y planificación de cuidados debe ser un proceso dinámico e individualizado. Para facilitarla, se propone un análisis sistemático de los elementos básicos a considerar.